Versículo Clave
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
– 2 Corintios 5:17
Idea central
Recibir un nuevo corazón no es el final del cambio… es el comienzo. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, Él nos hace “nueva criatura”: nuestro pecado es perdonado, nuestro corazón es transformado y el Espíritu Santo empieza a guiarnos. Pero la vida cristiana no es un “momento mágico” que nos deja perfectos de un día para otro. Es un proceso diario de crecer y parecernos más a Jesús.
En Juan 15:5, Jesús dijo: “Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada pueden hacer.” Crecer es cuestión de “permanecer” en Jesús: mantenernos cerca de Él, confiando en su Palabra, orando y obedeciendo.
Efesios 4:22–24 describe este proceso como “quitarse” el viejo yo (con sus malos hábitos y deseos) y “ponerse” el nuevo yo (hecho a la imagen de Dios). Este “ponerse” y “quitarse” no pasa en un instante, sino todos los días, con la ayuda del Espíritu Santo.
Ver la Historia de la Biblia
En Juan 15, Jesús usó la imagen de una vid y sus ramas. Las ramas no producen fruto por sí mismas; necesitan estar unidas a la vid para recibir vida y fuerza. De la misma manera, nosotros no podemos cambiar por nuestra cuenta. La fuerza para vivir de otra manera viene de estar conectados a Jesús. Cuando permanecemos en Él, el cambio es real y permanece.
Ahora mira el video del pasaje (Juan 15:1–8)
Mientras lo ves, pregúntate: ¿Estoy permaneciendo en Jesús o estoy tratando de vivir por mi cuenta?
Para reflexionar:
- ¿Qué prácticas o hábitos te ayudan a permanecer en Jesús?
- ¿Qué “cosas viejas” necesitas quitar y qué “cosas nuevas” necesitas poner, según Efesios 4:22–24?
Ejercicio:
Haz una lista de un hábito o actitud vieja que el Espíritu Santo te está mostrando que debes dejar, y una nueva que Él quiere que desarrolles. Ora pidiéndole que te ayude a permanecer en Jesús y a caminar en ese cambio cada día.
Cierre del curso:
Dios no solo quiere cambiar tu conducta externa; Él quiere darte un corazón nuevo, Su Espíritu y una relación viva con Jesús que te transforme día tras día. Ese es el camino del cambio que permanece… y que dura por toda la eternidad.
Invitación personal:
Si quieres seguir creciendo y no sabes por dónde empezar, nos encantaría conectarte con un acompañante espiritual que pueda caminar contigo, responder tus preguntas y ayudarte a crecer en tu relación con Dios.
Puedes escribirnos hoy para comenzar esa conversación y dar tu siguiente paso en este camino de cambio verdadero.