"El Salvador del Mundo"
En este pasaje de Juan 4:27-54, Jesús revela su identidad como el Salvador del mundo a los samaritanos, un grupo que los judíos generalmente evitaban. La historia comienza con los discípulos sorprendidos al ver a Jesús conversando con una mujer samaritana, algo socialmente inusual. La mujer, después de hablar con Jesús, corre al pueblo para contarle a todos sobre el hombre que conoció, quien sabía todo acerca de su vida. Ella les pregunta: “¿No será este el Cristo?”. Su testimonio despierta curiosidad y fe en muchos, y al final, muchos más creen en Jesús no solo por lo que ella les contó, sino porque lo escucharon por sí mismos.
Este pasaje también nos narra la historia de un funcionario real que viene desesperado a Jesús, pidiéndole que sane a su hijo moribundo. Jesús, sin tener que ir a la casa del oficial, simplemente declara que su hijo ya está sano. El hombre confía en la palabra de Jesús, y al regresar a su casa, se entera de que su hijo mejoró en la misma hora en que Jesús le había hablado. Este milagro confirma el poder de la palabra de Jesús y muestra cómo la fe en Él puede transformar nuestras vidas.
Ambas historias nos hablan de un Jesús accesible, que está dispuesto a salvar a todos, sin importar su trasfondo, y que tiene el poder para sanar y restaurar. Nos invitan a creer no solo por lo que otros nos cuentan, sino a buscar nuestra propia experiencia con Jesús y confiar en su poder salvador.
Aplicación personal
Este pasaje nos muestra dos importantes verdades sobre Jesús. Primero, que Él está dispuesto a salvar a todos, sin importar nuestro trasfondo o pasado. No hay nadie fuera del alcance de su gracia. Así como los samaritanos, que eran despreciados por los judíos, encontraron en Jesús al Salvador, nosotros también podemos acercarnos a Él con nuestras dudas, errores y temores, sabiendo que Él nos recibe con amor.
Segundo, nos desafía a confiar en Jesús incluso cuando no vemos los resultados inmediatos de nuestras oraciones. El funcionario real nos da un ejemplo de fe, al confiar en la palabra de Jesús sobre la sanidad de su hijo sin necesidad de pruebas inmediatas. Tal como este hombre, también nosotros podemos poner nuestra confianza en Jesús y creer que Él está obrando en nuestras vidas, incluso cuando las respuestas no son instantáneas.
Hoy, Jesús te invita a creer en Él y a experimentar su poder sanador y salvador. No importa quién eres ni de dónde vienes, Jesús te recibe con los brazos abiertos y te invita a confiar en su palabra.
Oración de ejemplo
"Señor Jesús, gracias por revelarte como el Salvador del mundo. Ayúdame a confiar en tu palabra, incluso cuando no veo las respuestas de inmediato. Como los samaritanos y el funcionario real, quiero creer en ti y conocerte personalmente. Te entrego mi vida, mis preocupaciones y mis dudas. Gracias por tu amor y por la promesa de sanidad y salvación. Amén."